A pesar de que normalmente solemos hablar del entramado empresarial de Alicante, centrándonos en ocasiones en nuestra querida pequeña ciudad de Santa Pola, a veces nos gusta innovar y alejar el foco para ofrecer un vistazo hacia otros lugares. Salir de nuestra zona de confort siempre suele tener beneficios e ideas buenas. ¿Quién nos dice que un reportaje de este blog no podrá dar una idea maravillosa a alguien para establecer una nueva forma de negocio en la zona? Hoy venimos a hablar a todos los lectores de una residencia de ancianos en Madrid. Una empresa distinta a lo que todos nos imaginamos cuando escuchamos ese concepto de “residencia”, que se suele ver como un lugar en el que nuestros mayores quedan albergados casi como mobiliario, saliendo alguna vez al día al patio o jugando la partida junto a otros de su quinta. Sin embargo, lo que encontramos cada vez más en las nuevas residencias es algo totalmente distinto.
Los ancianos son personas que han aguantado durante muchos años los envites de una vida a menudo más dura que ahora. Por si fuera poco, llegados a la tercera edad, muchos se ven obligados a ayudar incluso a las familias de sus hijos, que debido a la situación de crisis se ven ahogados a fin de mes y solo pueden salir adelante con la inestimable ayuda de sus mayores. Un estudio publicitado hace unos días en todos los telediarios aseguraba que un alto porcentaje de jubilados cargan a sus espaldas con el peso económico de sus familias (tres generaciones: ellos, sus hijos y en muchos casos sus nietos). Las personas mayores, en cambio, son capaces de ello y más. Desde luego que a un abuelo no le importa dejar de comer para que su nieto o nieta pueda disfrutar de un poco más de ese plato que tanto le gusta y tan pocas veces come ya.
Sin embargo, a pesar de que los ancianos se hayan convertido en el motor de muchas familias en nuestro país, todavía existe un momento en el que el cuerpo ya no responde de la misma forma que lo ha hecho siempre. La edad no perdona, es universal. A unas personas les llegará antes el momento, a otras más tarde, pero en cualquier caso lo mejor es buscar la solución más satisfactoria, tanto para la persona mayor como para la familia, que quizás por temas de trabajo, horarios y todo lo demás que nos impone la sociedad en que vivimos, no pueden hacerse cargo de esa persona de la forma que merecería.
Para ello existen soluciones como los apartamentos tutelados en Madrid, una idea que podría ser perfectamente extrapolable a la zona de Alicante que tanto nos gusta. Tanto si es en una residencia como si es en este tipo de viviendas para mayores, la situación será cómoda y confortable para ellos desde el primer día. Las ventajas son bastantes: compañía de gente de su quinta, actividades socioculturales, atención médica y sanitaria constante y durante las 24 horas y, en definitiva, la seguridad de vivir bajo control en cualquiera de los casos, pero de una forma libre y no invasiva.
El principal atractivo de estos apartamentos para mayores en Madrid no es otro que la posibilidad de vivir de forma independiente, aunque se esté dentro del complejo residencial. Los apartamentos están diseñados para ofrecer al cliente un espacio en el que se sienta como en su casa. Una pequeña vivienda independiente que podrá decorar y colocar a su antojo, que lustrará con sus pertenencias más inseparables y que, finalmente, convertirá en su casa de una forma sencilla y efectiva. La tranquilidad para la familia, en este caso, podrá ser total, ya que podrá efectuar todas sus tareas del día a día con la certeza de que su padre o abuelo está perfectamente vigilado, cuidado y acompañado. Y con la seguridad de que, en cualquier momento, podrá hacerle una visita si así lo desea. Un equipo de profesionales de diversas áreas y procedencias harán de la estancia de su persona mayor un espacio beneficioso para su salud y para la seguridad de los familiares, que en muchos casos acuden con ciertas reticencias para dejar allí a sus mayores.