¿Te has torcido un tobillo? Detecta rápidamente si hay lesión y aprende a reaccionar

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Torcerse un tobillo puede resultar el problema más inesperado del mundo y, aunque no siempre desemboca en una lesión o complicación grave, en muchas ocasiones, termina causando esguinces o roturas, así como dolor, hinchazón, entumecimiento o sensación de inestabilidad. En cualquier caso, es muy importante identificar qué ha ocurrido y cómo tratarlo para evitar que existan futuras dificultades. Si te has caído y sientes un dolor intenso, no puedes mover el pie o, directamente, eres capaz de percibir algún tipo de deformidad o hinchazón excesiva a primera vista, es muy probable que te hayas hecho un daño que requiera tratamiento o, al menos, cuidado y precaución.  Las dos lesiones más frecuentes son, como decimos: el esguince y la rotura y, en ambos casos, se necesita estar preparado y tener ciertos conocimientos para que no vaya a más. Empecemos por el primer caso.

Esguince de tobillo

 

Se entiende por esguince la lesión que implica el estiramiento o rotura de los ligamentos, que son las fibras de tejido que conectan dos huesos en las articulaciones. Concretamente el esguince de tobillo es uno de los más frecuentes. De hecho, según un estudio, el 75% de las lesiones de tobillo, son esguinces. Identificarlo no es difícil. Si te has dado cuenta de que te has torcido el pie, existen muchas probabilidades de que estemos en el caso. Sus síntomas suelen ser: el dolor punzante en la zona; la hinchazón repentina –casi inmediata–; el moratón; la dificultad para moverlo –pero no imposibilidad–; la sensación de inestabilidad; o el chasquido o clack de la articulación. Asimismo, entre los esguinces, hay tres niveles de gravedad: el esguince de tobillo de primer grado es el más leve y solo implica el estiramiento o distensión de los ligamentos, por lo que, su recuperación, es más corta que en los siguientes casos, y suele durar, normalmente, entre una o dos semanas. El esguince de grado dos, se considera moderado, e implica, no sólo una distensión de los ligamentos, sino también una rotura parcial. El tiempo de recuperación puede variar de dos a cinco semanas. El tercer grado de esguince, es más grave que los anteriores, ya que trae consigo la rotura total del ligamento y su recuperación puede alargarse hasta seis meses. 

Aunque el tratamiento y nivel de molestia de un esguince dependerá mucho de su grado, siempre entorpece un poco la vida diaria. Así que, si te acabas de esguinzar el pie… ¡Mucho ánimo! Para llevarlo de la mejor manera posible, lo más adecuado es que acudas inmediatamente a urgencias, para que un profesional te ayude y te indique lo que tienes que hacer. Si no es posible, tendrás que empezar por detener la actividad que estés haciendo, tratando de no apoyar el pie directamente en el suelo. Si necesitas caminar hasta un lugar seguro, procura ayudarte de algún tipo de soporte o pide a tus acompañantes que te hagan de bastón. Si tienes la oportunidad, levanta el pie y aplica hielo, siempre con un material que evite que toque la piel directamente. También se recomienda comprimir el tobillo con una venda elástica, o con algún material similar, pero evitando que sea demasiado fuerte. A continuación, intenta descansar, pero no dejes de moverte o tengas el pie en reposo por un periodo demasiado largo. La recuperación es imprescindible ya que, después del primer esguince, si éste no ha sanado correctamente, existen muchas posibilidades de que la lesión se repita con facilidad. 

Para llevar a cabo el proceso de rehabilitación más adecuado, sobre todo si tienes un esguince de segundo o tercer grado, te recomendamos que acudas a un centro de fisioterapia. Ellos estudiarán tu caso y te indicarán qué hacer. Los especialistas de la Clínica Ume de Alicante enfatizan también en la participación activa de la persona en la construcción de su salud, y otorgan un gran valor a la prescripción del ejercicio terapéutico. En este sentido, después del esguince, se recomienda llevar a cabo ciertos movimientos, estiramientos suaves o ejercicios de fortalecimiento. 

Fractura de tobillo 

 

Si en el caso del esguince hablábamos de los ligamentos, una fractura de tobillo implica a los huesos directamente, y significa que nos hemos roto uno o más huesos de los que forman la articulación del tobillo. Los síntomas en uno y otro caso, pueden llegar a ser muy similares, ya que las dos lesiones implican un fuerte dolor, hinchazón inmediata y dificultad para moverlo. Sin embargo, hay indicadores que permiten su diferenciación. Uno de ellos, es el dolor, que, en el caso de la fractura suele ser mucho más intenso que durante los esguinces. Lo mismo ocurre con la hinchazón, que no sólo es más grande, sino también más extensa y, en el caso de la fractura, a veces se puede llegar a ver un hueso sobresalir o una articulación fuera de su sitio. Asimismo, la movilidad, en el caso de la fractura, suele ser casi nula, al contrario que en el esguince que, aunque duela, no es imposible.

Si hemos detectado una posible rotura, lo primero que hay que hacer inmediatamente después, es detener la actividad que estábamos realizando, así como evitar apoyar el pie. No intentes moverlo o caminar si ves que te resulta muy difícil. Quédate en el sitio para no aumentar el riesgo. Si estás acompañado, pide que te ayuden a trasladarte hasta un lugar seguro y, si vas solo, quédate a esperar a que pase alguien o llama a los servicios de emergencia. No te fuerces a moverte por tu cuenta. Para esperar, lo que puedes hacer es elevar el tobillo para evitar la hinchazón o aplicar hielo o algo frío con el mismo objetivo. También se recomienda no consumir alimentos o bebidas por si se necesitase realizar algún tipo de cirugía. Lo más importante es mantener la calma y esperar a que lleguen los profesionales. Después, haz caso a todas sus indicaciones. Dependiendo del nivel de gravedad de tu lesión, determinarán diferentes materiales para inmovilizar el pie, o incluso someterte a cirugía. Asimismo, necesitarás pasar por una fase de recuperación y asistir a sesiones de fisioterapia para que te guíen en los ejercicios de rehabilitación.

Recuerda que este tipo de lesiones no afectan a todas las personas por igual, por lo que, las necesidades o tiempos de mejora en unos casos u otros, variarán mucho dependiendo de cada circunstancia. ¡Mucha suerte y ánimo!

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