En un tiempo en el que no tenía muy claro lo que hacer decidí hacer un curso de cerámica. De pequeño sé que me gustaba mucho por lo que decía mi abuelo, así que opté por ponerme a ello y no se me dio nada mal. Provenía del mundo universitario, donde estudiar la carrera de Derecho no me ha sirvió más que para aguantar clases infumables que al final no me han valido para demasiado.
Cuando iba a aquel curso, veía como las horas se me pasaban voladas y cuando acababan estaba deseoso de que llegase el viernes para poder tomar otra clase. Finalmente había descubierto algo más que una pasión.
El caso es que una vez acabado, busqué dar un pasito más y una tienda online llamada ceramicaparaarquitectura.com sobre cerámica que estaba enfocada a proyectistas. Me encantó, ya que podías acceder a muchos productos de cerámica realmente interesantes, incluidas las celosías que hoy en día es una de mis especialidades.
Lo que hace especial a esta tienda de cerámica es que tú eres el que confecciona los productos que aparecen y que se pueden comprar online, los que se incorporan al catálogo y la forma en que lo hacen. De repente vi que podía realizar los productos desarrollar mis propias ideas y ver si eran viables, además de esto la posibilidad de fabricar productos a medida.
Esta tienda me hizo ver que tenía posibilidades de hacer de mi pasión un negocio con el que ganarme la vida. Me puse a ello y la verdad que no fue sencillo, ya que, aunque tenía ayuda de mis padres, no es el típico negocio que unos padres sueñan para un hijo, pero sabían que a mí me gustaba y también eran conocedores de lo desencantado que estaba con los estudios y con una carrera que no me había servido para demasiado.
Buscar un local en Santa Pola era algo imprescindible
Tuve que buscar un local en Santa Pola que estuviese bien comunicado, algo fundamental, para tener visibilidad, al final di con uno que me gustaba y ya fue ponerlo a mi gusto mientras me daban la licencia de negocio.
En este tema, el de la licencia, quería pararme y es que parece mentira lo farragoso que es todo, igual que ser autónomo, una especie de carrera de obstáculos en los que parece que nosotros, que somos los que aportamos una buena parte de riqueza al país tengamos que pagar generemos lo que generemos. Lo mismo da que sea el comienzo de tu actividad como con el negocio ya establecido. Al principio me costó horrores y apenas llegaba a fin de mes, pero ahora pago la cuota cómodamente, aunque estoy contento, me pongo en la piel de quien en pieza y es horrible.
Algo en lo que he invertido tiempo y dinero ha sido en mi página web, que realmente está a mi gusto, con un buen diseñador y explicados uno a uno los productos que hay en mi tienda. Lo bueno es que en Santa Pola hay muchas residencias que necesitan y gustan de cerámica, por lo que trabajo no me falta.
A día de hoy tengo un trabajo y vivo estupendamente de él, lo más importante, además, es que me apasiona, lo que siempre es un componente que hace que todas las mañanas uno se levante con una sonrisa. Cierto es que, como todos, unos días son mejores y otros peores, pero es un gustazo ver como el negocio va saliendo adelante y los clientes están satisfechos con el trabajo que realizas.
Lo bueno es que, con la mejora de la economía, vivimos un momento espectacular en cuanto a la solicitud de trabajos y compra de mis productos de cerámica, por lo que, esta vez sí, parece que he tomado la buena ola. Mucha gente era la que casi quería quitarme la ilusión, pero estaba convencido que podía tener salida esto de la cerámica.
Mi consejo para quien esté desesperado es que busque si tiene ocasión, intentar buscar algo que tenga capacidad y que le guste para dedicarse a ello. Si ves que no sale empleo, opta por el emprendimiento, siempre será mejor que estar con los brazos cruzados o esperar a esa entrevista que nunca llega ¿no?