Cada vez más gente opta por las franquicias de cafeterías y panaderías. Son una manera de combinar lo nuevo y cosmopolita con una manera de entender el pan rústica y amante de la tradición. A la gente le gusta porque se crea un ambiente cómodo, donde uno puede disfrutar de un reconfortante café mientras que se tome un bollo de calidad.
Estuve hace pocas fechas en el Molí Pan y Café en Alicante tomando un café a media tarde con un buen amigo y me encantó el lugar. Buen café y un delicioso croissant que me dieron ganas de llevarme unos cuantos a casa. Un sitio magnífico donde pasar un buen rato rodeado de un ambiente apacible en el que poder echar el rato.
Mi amigo como yo, estamos en esa fase de la vida donde tienes un trabajo seguro, pero aburrido. Quizás estamos locos, pero buscamos algo más, sentirnos realizados con lo que hacemos y eso, seamos sinceros es complicado en el mundo de hoy en día.
Al final todos tenemos compromisos, hay que pagar el piso o el coche y no se puede tirar todo por la borda así como así. Cierto es que ahora, aunque aburrido y seguro, al menos no estamos como tantos españoles que engrosan las listas del paro, pero en esta vida si uno mira a los que están peor que uno no avanza.
Los dos siempre nos ha encantado el emprendimiento, pero por h o por b nunca hemos podido, también creo que nunca tuvimos esa idea clara y nítida que te permite saber qué es realmente lo que quieres e ir a por ello.
Una buena alternativa de negocio
Quizás un negocio como el de Molí Pan y Café sea una buena alternativa, hablamos de esperar un año más e ir madurando la idea. Una cosa es estar cómodamente y querer emprender, otra es liarse la menta a la cabeza a lo loco. Nunca sabe uno que va a deparar el futuro, pero sí que he visto en esta última reunión que el cuerpo nos pide hacer algo más y por una vez ser dueños de nuestro destino.
Las franquicias han sido una solución ideal para muchos desempleados, especialmente los que pasan de mediana edad y el paro les pilló por banda. No es como empezar un negocio de cero, ya que cuentas con el buen nombre de la empresa y eso siempre es bueno en los comienzos. También es verdad que hay que pagar un canon y que quizás tu libertad se ve un poco constreñida, al tener un acuerdo con la franquicia.
Lo bueno es que tú eres el jefe, con la salvedad de cumplir las condiciones que te hace firmar la franquicia. Nuestro plan era ese, aunque faltaba, como antes decía concretizar más nuestro ámbito de actuación.
El tener voluntad de hacer esto, ya es un buen comienzo. Todos sabemos que es más fácil hablar que hacer las cosas, pero cuando dos amigos de hace mucho tiempo se ponen de acuerdo es que algo grande puede surgir. Meditaremos y veremos al final que hacemos, algo que os aconsejo a todos aquellos que buscáis emprender.