Ya sea para una estancia breve como para una estancia más larga, la experiencia de vivir en el extranjero siempre termina siendo una experiencia de la que difícilmente te arrepentirás.
Cuando me ofrecieron un buen trabajo para irme a vivir a España, a un pueblecito valenciano, llamado Santa Pola, recuerdo que apenas hablaba nada de español y era muy consciente de que iba a ser difícil al principio.
Además de lo diferente que es el clima, las costumbres y cultura inglesas de la española. Y es que una londinense acostumbrada al estrés de una gran ciudad, al ritmo vibrante y a la lluvia constante en un pequeño pueblo marinero de la costa española era una combinación cuanto menos, curiosa.
No voy a negar que tuve mis dudas al principio, pero fue ver imágenes de Santa Pola e indagar un poco más sobre este municipio de la Comunidad Valenciana que empecé a tenerlo claro. Sus restos históricos, su puerto y salinas…pero, sobre todo sus playas dotadas de bandera azul, símbolo de calidad ambiental.
Solo de imaginar lo que podía cambiar mi vida al vivir en un pequeño pueblo con tan buen clima, cerca de la playa y con tantos días de sol me emocionaba y no podía dejar de ver el calendario esperando que llegara el día de mi partida.
Cosas a tener en cuenta
Si bien, son muchas las cosas que conviene tener en cuenta antes de embarcarse en una aventura de este tipo para hacer más llevaderos los primeros (y más difíciles meses de adaptación).
Desde una actitud receptiva y abierta con la nueva cultura, porque sí, al principio es inevitable entrar en comparaciones y quejarse de todo lo que el país no tiene. Al entrar en esta fase es importante recordar que debemos de centrarnos en abrazar esas diferencias y encontrar su parte positiva y todo lo que pueden ofrecernos para aprender.
A mí, al principio me costó mucho adaptarme a los horarios españoles, sobre todo en los horarios en que se realizan las comidas y abren y cierran sus negocios. Es un ritmo de vida muy diferente pero que se ajusta a sus horas de sol. En España los días son más largos y al final tu cuerpo termina por adaptarse perfectamente a esta nueva rutina para hacer las comidas.
Recuerdo, que otra de las cosas más incómodas cuando acababa de llegar, con mi nivel tan bajo de español era encontrar las cosas que buscaba en el supermercado o perderme de camino al trabajo por mi total incapacidad de poderme comunicar en español.
Si bien, superada esta primera etapa un poco frustrante empecé a adoptar una actitud más activa y receptiva para aprender y no me costó encontrar españoles que me ayudaron con mi español, además con todos los recursos que ofrece ahora Internet, aprender un idioma por tu cuenta no es problema.
Otra de las cosas que me supuso algún que otro quebradero de cabeza para trasladarme a Santa Pola fue el teme de mi coche.
A pesar de que los coches en Inglaterra se diseñan para conducir en la dirección contraria a como se conduce en España y que al principio podía resultar algo incómodo, sabía que quería traerme mi coche de Inglaterra.
Por suerte, en la empresa en la que venía a trabajar la chica encargada de ayudarme con todo el proceso me facilitó el contacto de Transportestransthalia, una empresa de transporte internacional de vehículos que ofrece un servicio eficiente y económico de traslado de coches y motos.
Así como un servicio integral de recogida y transporte de vehículos nacional e internacional que te garantiza que recibirás tu coche o moto en el plazo acordado y en perfectas condiciones.
Delegar esto en esta empresa me facilitó muchísimo todo el proceso, y es que me hubiera resultado muy difícil hacerlo por mi cuenta desde Londres.
Lo bueno de venir con trabajo es todo el tema del papeleo, ya que se simplifican mucho todos los trámites. Tan solo tuve que empadronarme y estar pendiente de los términos de mi permiso de residencia para estar al tanto de las renovaciones pertinentes.
Al final, y pese a lo difícil que fue al principio vivir en España me está aportando una forma completamente de ver las cosas, superar mis propios miedos y barreras. No cabe duda de que viajar es una de las mejores formas de conocerse, y si es con una estupenda playa de arena blanca, mucho mejor.